Al coro le compete la elección
acertada de los cantos, la ejecución bella de sus interpretaciones (que no evoquen ni el ambiente ni la música profana). No
debe usar cajas de ritmos de los órganos ni teclados. El desempeño de este ministerio debe poner especial cuidado en que el
pueblo participe activamente en el canto. Asimismo debe poner especial énfasis y cuidado en la elección de sus cantos,
tomando en cuenta el tiempo litúrgico y su espiritualidad, prefiriendo los cantos con texto bíblico y formar un repertorio
propio que busque que la comunidad exprese su fe conforme lo propone la Iglesia y el tiempo litúrgico. Deben estar en
constante crecimiento y forjar su formación en el ámbito humano, litúrgico, cristiano y musical.

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